Erupción en rampa: Air New Zealand trabaja con expertos de Boeing para arreglar averías en el Dreamliner

Jan 24, 2024

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Air New Zealand está trabajando con expertos de Boeing para reparar los daños causados ​​a uno de sus Boeing 787 Dreamliner y aún no está seguro de cuánto tiempo estará fuera de servicio el avión.

El daño en el fuselaje trasero fue causado por un camión de servicio en el aeropuerto de Auckland, donde se encuentra estacionado el avión en reparación "utilizando protocolos estándar".

Los fuselajes de los Dreamliner están hechos de fibra de carbono, más duro que el aluminio utilizado en aviones más antiguos, pero pueden ser más difíciles de reparar.

Si bien la aerolínea no da detalles del daño, un entusiasta de los aviones lo describió en las redes sociales como una "gubia" de 35 cm en el fuselaje. El avión, que se cree que es NZ-ZKE, se entregó a Air New Zealand en 2016 y se encuentra entre los 14 Dreamliners de su flota.

Una portavoz de Air New Zealand dijo que el impacto en los pasajeros se había minimizado al difundir los cambios en toda la red.

''El equipo actualmente está trabajando arduamente entre bastidores para comprender cuánto tiempo estará fuera de servicio el avión y qué podemos hacer para limitar el impacto en nuestros clientes. Esto incluye ver dónde podemos consolidar vuelos y trasladar a los clientes a los siguientes servicios disponibles”.

A finales de la semana pasada, el horario internacional se ajustó hasta el 8 de septiembre y la aerolínea se disculpó con los pasajeros afectados.

"Hemos distribuido los cambios en toda la red para limitar el impacto en cualquier ruta, además de aprovechar la resiliencia operativa del tiempo libre de los aviones que está incorporado en nuestros horarios".

El golpe al Dreamliner se produce cuando la aerolínea se está preparando para más vuelos internacionales a partir de octubre y enfrenta problemas continuos con Pratt & Whitney en algunos de sus aviones Airbus A321 nacionales y de corta distancia.

El operador chárter español Wamos operará su ruta Auckland-Perth hasta finales de octubre. Air New Zealand se comprometió con el chárter a darle más margen de maniobra en casos como el daño al Dreamliner hace más de una semana.

El director ejecutivo de Air New Zealand, Greg Foran, dijo la semana pasada que el incidente era frustrante, pero que el cronograma estaba diseñado para permitirlo.

Más de la mitad de un Dreamliner está hecha de materiales compuestos: largas hebras de fibra de carbono que se impregnan con resina y luego se cuecen en un autoclave sobrecalentado durante ocho horas para fabricar las secciones traseras de los fuselajes de 787 Dreamliner.

Muy ligeros, también tienen incrustada en el material compuesto una malla de cobre conductora de rayos.

Cuando los Dreamliners y los aviones compuestos Airbus A350 se introdujeron ampliamente hace una década, el personal de tierra del aeropuerto fue capacitado para identificar e informar daños a los aviones compuestos de carbono de nueva generación que son más difíciles de detectar que en los aviones con carrocería de aluminio.

Los daños causados ​​en las zonas de estacionamiento de aviones por la carga de vehículos se conocen como “erupción en rampa” y el coste para la industria se calcula en 6.000 millones de dólares al año.

Los golpes y abolladuras en los aviones tradicionales con carrocería de aluminio son relativamente fáciles de detectar, pero difíciles de ver en los materiales compuestos.

Boeing dijo que el 787 había sido diseñado con un margen de resistencia adecuado para conservar la capacidad de carga certificada incluso con daños no visibles presentes. Dependiendo de los resultados de una inspección visual, es posible que se requieran técnicas adicionales, como una inspección ultrasónica.

En una publicación de Boeing sobre daños a los Dreamliners, dijo que las reparaciones preimpregnadas utilizan un material que ha sido congelado, descongelado y luego curado con calor.

El fabricante de aviones dijo que las “reparaciones húmedas” utilizan tela seca impregnada de resina y las reparaciones atornilladas más tradicionales utilizan láminas de metal (aluminio, titanio o acero o acero inoxidable resistente a la corrosión) atornilladas al área dañada.

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